INFORMARSE EN LA SOCIEDAD DEL LOW COST. JAVIER M. TARÍN

Cuando la televisión pública renunció a su monopolio y los canales privados llegaron al territorio nacional, las promesas de un mundo mediático mejor no pararon de crecer. Las nuevas cadenas compensarían informativamente al discurso único del telediario de la 1 y ofrecerían un amplio abanico de programas culturales y entretenimiento que subiría el nivel audiovisual. Sin embargo, finalmente, fueron las Mama Chicho las que tomaron los platós y comenzaron a enseñar carne. Eran un indicio evidente de lo que estaba por venir. Una tele basada en mostrar intimidades que emite 24 horas tejiendo un panorama diferente del prometido y en el que los realities de todo tipo monopolizan las cadenas privadas generalistas. En este nuevo escenario mediático actual, el espectador elige calidad si se la puede pagar y si no está condenado – por elección propia claro- a consumir el audiovisual estandarizado por los canales generalistas y sus pobres canales temáticos. Hay dos pilares básicos que sustentan el discurso televisivo dominante: el primero será aquello que denominamos telebasura; y el segundo la información, encarnada en el buque insignia de la televisión pública y  privada: el telediario.

Podríamos empezar reflexionando sobre el concepto de telebasura. A lo mejor el lector piense que no hace falta porque todos sabemos lo que significa. Veamos si es así a partir de la definición de un ejecutivo de la televisión con una trayectoria más que significativa. Este profesional afirma que “la telebasura es un invento, una expresión despectiva de los que no entienden el gran valor de una comunicación que se dirige, indistintamente, a todas las franjas del público”. O más claro aún: “telebasura es todo programa que baje de un 20 por ciento”. ¿Coincide esta definición con la que el lector tiene en su cabeza? Seguramente no. ¿Y quien puede tener esta idea tan distinta? Voy a darle más pistas de su identidad con unas matizaciones de unas declaraciones previas sobre la denominada princesa del pueblo como precursora del 15-M. ¿No lo sabía? ¿No conocía esa faceta claramente revolucionaria de Belén Esteban? Será porque usted consume demasiada televisión de calidad y tiene usted poca capacidad de análisis de los procesos históricos contemporáneos. Veamos como se explica nuestro visionario consejero delegado: “Quería decir que el espíritu de Belén tiene mucho en común con el movimiento de los indignados porque son movimientos viscerales basados en el sentido común, en la sencillez, en el hecho de no construir luego un discurso político articulado de manera que lo entienda solo una parte y no todo el mundo, sino de manera muy directa y muy precisa. De una forma, es ser antisistema”. Ahí es nada. Si Podemos no está gobernando este país es porque no ha sabido elegir al candidato adecuado. A la verdadera alma del cambio de paradigma político de este país en decadencia que es España. ¿Saben de quien hablamos? Bingo: Paolo Vasile. Un precursor de la televisión privada que siempre ha sabido detectar lo que la audiencia quiere. Lo que los audímetros dictan de forma palmaria es que la audiencia quiere realities basados en cualquier argumento por disparatado que parezca siempre que impliquen a celebridades televisivas o a ciudadanos anónimos mostrando sus miserias. Los costes de producción de estos programas son más bajos que la producción de ficciones de calidad y en consecuencia los beneficios por ingresos publicitarios para las cadenas son más altos. El sistema de medición de audiencias que define la programación de la televisión generalista se basa en una muestra de unos 5.000 hogares. Y como todos sabemos las encuestas no se equivocan nunca. ¿No es así?

¿Y que hay de la información en la pequeña pantalla? Basta con analizar cualquier telediario al azar para saber cómo funciona el relato informativo televisado. Es cierto que el ritual de ver estos programas pertenece a una generación que creció en el mundo analógico y que los nativos digitales tienen otras costumbres que no pasan por sentarse a las 21:00 a ver el telediario. Sin embargo, hay todavía una mayoría que lo hace como costumbre tras un día de trabajo. Es un hábito, pero también un acto consciente de querer informarse. La televisión y sus gestores, no obstante, lo han entendido fundamentalmente como una oportunidad de generar publicidad y en consecuencia beneficios. Al tratarse de un momento de desconexión, el informativo ha ido aceptando estrategias propias del entretenimiento para que sus espectadores no se aburran y reclamen su dosis diaria de soft news. Para ello el guion introduce imágenes espectaculares del día sin que sean realmente noticias relevantes sino más bien meros sucesos con imágenes atractivas. De ahí la inclusión en el arranque de incendios o persecuciones lejanas cuya única justificación son unas imágenes espectaculares sin más pretensión que fascinar. Al mismo tiempo, se proponen secuencias filmadas por ciudadanos anónimos con sus móviles con la promesa de los 15 segundos en bucle de fama porque todos somos reporteros potenciales de lo espectacular. Por otra parte, las noticias del telediario puramente políticas reducen la complejidad de cualquier tema a la comprensión media. Y de manera que es imposible entender en profundidad qué está pasando con esa única fuente de información. Paolo Vasile seguramente diría que para eso está la BBC o Le Monde diplomatique y no el informativo de Tele5. Sus objetivos son claramente distintos porque lo que busca este último es tejer un relato tranquilizador para su audiencia, que sólo quiere pasar un buen rato antes de irse a dormir. De ahí que el telediario cierre tradicionalmente con dos temas de interés general sin aristas ideológicas como son los deportes y la predicción meteorológica. Todo pues muy lejos de esos loables objetivos que la teoría de la comunicación establece  para los medios como indispensable en un estado democrático: el derecho a la información objetiva y veraz para todos los ciudadanos.

Postdata: Nótese que no he hablado de À Punt. ¿Irá su propuesta audiovisual más allá de los lugares transitados por las otras televisiones autonómicas, incluyendo su versión anterior? Lo veremos pronto. No perdamos la esperanza.