PROYECTO SIRENA
(Artículo publicado
en http://www.mujeresaseguir.com por ISABEL LÓPEZ 19/02/2018 )
Tres semanas y 500 euros es lo que le ha costado a la
empresa H2H crear un perfil falso en Instagram y convertirlo en un negocio.
El objetivo, demostrar lo fácil que es engañar en este mundo y lo
necesaria que es una mayor regulación en un sector que mueve millones de euros al año.
En octubre, la agencia, especializada en marketing
de influencers, contrató a una actriz y creó la cuenta
@almu-ripamonit. A partir de ahí, comenzaron a inflarla artificialmente a base
de comprar seguidores, me gustas y comentarios. La agencia
explica que al alcanzar los 30.000 seguidores, varias agencias y marcas de gran
consumo empezaron a contactar con ella para ofrecerle colaboraciones pagadas,
invitaciones a fiestas y hoteles, regalos, envíos de ropa y productos,
etcétera. Según la agencia, a las tres semanas ya se habían amortizado los 500
euros que invirtieron en crear el perfil falso. “De los 48 millones de cuentas
activas en Twitter, casi el 15% son cuentas fantasmas diseñadas para simular
que son gente real”, alerta Luis Díaz, CEO de la empresa. “En Instagram el
porcentaje se sitúa en el 8%”.
Según la revista estadounidense eMarketer,
los ingresos del marketing de influencers en todo el mundo
solo a través de Instagram habrían alcanzado los 570 millones de dólares en
2016. En un reportaje sobre este mundo publicado
recientemente, Carlos del Hoyo, director general de la empresa de comunicación
Asesores de Relaciones Públicas y vicepresidente de la asociación sectorial
ADECEC, explicaba que en España es imposible ofrecer una cifra concreta.
Tampoco existen unos precios estándar. “Nos movemos entre cifras de unos
cientos de euros a decenas de miles para actuaciones puntuales, al menos en el
mercado español. Del mercado internacional, particularmente el anglosajón,
desde donde su capacidad de influencia se extiende por todo el mundo, los
precios dan un salto estratosférico hasta los centenares de miles de dólares o
los millones”, decía. Eso sin contar otro tipo de fórmulas como los pagos en
especie o los intercambios de visibilidad.
Me parece muy interesante esta noticia porque demuestra los fallos de Instagram y el mundo de los influencers, que permiten que se vuelva algo explotable. Sobre lo de por qué en los países anglosajones el sueldo de los influencers sea más alto que en el resto del mundo, al menos con los anuncios de Youtube, depende del nivel adquisitivo de su audiencia. Las empresas de publicidad prefieren dirigirse a un subscriptor americano antes que a uno español porque tiene más posibilidades de generar beneficios, por lo que pagan más por ellos. Por eso los Youtubers americanos son los que más cobran, además de que tienen tirada internacional.
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